Uno de los alicientes del viaje a Japón era visitar el Hombu Dojo, la sede central del Aikido. Además de querer aprovechar la oportunidad para observar la clase de alguno de los grandes maestros que imparten clase ahí, también quería practicar en alguna.
Tras ver los horarios en la web del Aikikai me decidí por ir a las clases para principiantes impartidas por Koujiro Suzuki (5o Dan) el martes y Hiroshi Fujimaki (6o Dan) el jueves.
La clase del martes fue una fantástica toma de contacto. Éramos pocos y se podía practicar cómodamente, con mucho espacio y un tatami que era una delicia, ¡¡el mejor tatami que he probado en mi vida!!
Era una clase básica donde se trabajó mucho en la etiqueta. Me sentía torpe puesto que había cambios en la forma de ejecutar las técnicas que me despistaban y requería mayor concentración para adaptarme a esos cambios (forma de ataque o en la guardia). Cierto que eran pequeños detalles pero desde mi aún 5º kyu aún no tengo facilidad para adaptarme a ello.
En la clase del jueves éramos más y había más nivel. Parecía que los hakamas que ya habían estado el martes supieran mucho más de lo que demostraron dos días antes: todo era más dinámico y sin dejar de ser fluido. Al final de la clase yo estaba rojo y sudando y los alumnos regulares de ahí ni se habían despeinado. Comprendí que el martes habían sabido adaptarse perfectamente al nivel general de la clase, sin egos ni demostraciones de fuerza, y el jueves donde el nivel general era más alto ajustaron el ejercicio a ese nuevo entorno.
También fue el jueves cuando asistí como observador a la clase regular que impartió Shoji Seki (7º Dan), un maestro con un gran estilo. Había mayoritariamente gente con hakama, aunque también algunos cinturones blancos. El maestro adaptaba el nivel perfectamente a cada pareja donde hacía correcciones, aunque no había tanta explicación como en las clases de principiantes.
Desde mi corta experiencia recojo aquí los aspectos que vi de cómo funcionan las clases y cosas a tener en cuenta por si alguien lee esto y va a ir a practicar a la sede del Aikikai:
- Cuando se entra en el dojo se saluda primero al kamiza y acto seguido a todos los alumnos que ya se encuentran en la clase. En ambos casos siempre en seiza, no de pie.
- Es bueno hacer ya un calentamiento, pero en todas y cada una de las clases que vi se realizaban 5-10 minutos de aikitaiso, basados en estiramientos, rotaciones de las articulaciones y golpeteo para activar toda la musculatura, nada de carreras ni ejercicios aeróbicos. Todos los maestros ejecutaban prácticamente esa misma tabla de ejercicios.
- En todas las clases se hacían unos 4-5 ejercicios en toda la hora, con lo que había tiempo de trabajar a fondo cada uno de ellos. En las clases regulares el ritmo era mucho más elevado por lo que el número de repeticiones era alto y lo vi más agotador, sobre todo si aún no se caía lo suficientemente bien o se usaba la fuerza en vez de la técnica. En la clase de Seki no hubo ningún cambio de pareja y cada uno trabajo toda la hora con el mismo compañero. En ambas clases de principiantes el maestro hacía cambios según veía los niveles de las personas también.
- Lo más importante es recordar siempre que en la clase de otro maestro vamos a hacer las técnicas como ellos nos muestran sin discutir ni cuestionar, no vamos a demostrar como las hemos aprendido nosotros. Cada maestro es distinto. Desde un nivel bajo no es fácil adaptarse a esos cambios y se cometen errores y te sientes torpe (yo no sabía adaptarme a cambios en la forma de ataque de shomenuchi ni al ikkyo), pero quizás el ser consciente del bajo nivel de uno mismo hace que no salgan ‘egos’, como observé en la clase de Seki donde veía gente hacer las técnicas tal como las habían aprendido en sus respectivas ‘líneas’, sin fijarse mucho en el maestro. En algún caso parecía que estaban más ahí para hacerse ver y “mostrarse”, en vez de aprender de las enseñanzas del maestro.
- Es importante mirar siempre alrededor que hacen los demás, sobre todo cuando no hablas japonés y quizás no has captado que en una técnica se pide que se realice hasta cierto punto.
- Al finalizar la clase, y tras saludar a kamiza y sensei, una vez éste ha abandonado la sala cada alumno debe buscar a todos aquellos con los que ha trabajado y saludarlos en seiza dando las gracias. Luego los chicos cogen las escobas y la aspiradora para barrer el tatami mientras las chicas cogen el cubo de agua y los trapos para fregar y secar la parte de madera del alrededor. Normalmente esta tarea la realizan los alumnos regulares y los visitantes puntuales suelen irse, aunque por cortesía se puede ayudar.
Así pues si algún aikidoka va a Tokyo, que no dude en ir al Hombu Dojo sea cual sea su nivel, ¡¡de verdad que es una maravillosa experiencia!! Siempre se saca algo en positivo y incluso siendo un 5º kyu.
Que nadie crea que se trata de un ‘peregrinaje’ exclusivo para los que ya son Yudansha. Y que nadie menosprecie las clases para principiantes, las imparten igualmente grandes maestros.
¡Ya tengo ganas de volver el próximo año a las clases de Koujiro Suzuki y Hiroshi Fujimaki!
Gracias Albert por tus comentarios! Seguro que practicar en el Hombu Dojo tiene un encanto particular. Es curioso la etiqueta que nos comentas, la que ya por tradición se insiste en Aikido que es indispensable, y que por desgracia los occidentales tenemos tendencia a ir perdiendo o cambiando, como algo que es una simple formalidad. Todo en el Dojo es Aikido y debe respetarse como parte del Aikido. Y todos deberiamos ser simplemente humildes practicantes, dejando a un lado grados y egos. El Dojo es una lección para la Vida entera!!