El Aikido se basa en evitar el enfrentamiento, absorbiendo el ataque y dejando pasar al atacante. De un aikidoka se espera que no aplique una luxación de buenas a primeras ni provoque un daño conscientemente, a menos que se den circunstancias muy específicas (como que haya armas en juego). Además en un hipotético caso donde hubiera varios atacantes el mayor interés es el de desviar los distintos ataques, una inmovilización sobre un individuo daría pie a que los demás tomaran la ventaja.
Es ahí donde cobra mucho sentido el kokyu nage, un conjunto de técnicas muy amplio que tiene en común, a primera vista, el hecho de no agarrar a uke. Se pretende precisamente aprovechar toda esa energía, pero dejando que pase. Resolvemos el ataque sin inmovilizar y permanecemos en guardia.
Pero los kokyu nage no únicamente tienen sentido por este aspecto, sino que tienen una gran importancia por la coordinación de la respiración con el movimiento y el trabajo postural que requieren, así como un buen control de la distancia (ma ai), el equilibrio y los propios movimientos en sí, por lo que suelen formar parte de todas las clases.
Hace un par de semanas estuvimos practicando algunas técnicas del examen de 4º kyu. La tercera técnica fue un kokyu nage, y se nos indicó que debíamos realizarlo de todas las formas que se nos ocurrieran, teníamos que evitar resolverlo de la misma forma una y otra vez. No es sencillo, y es por eso que de vez en cuando va muy bien una clase dedicada a trabajar únicamente kokyu nage. Son tantas las variantes que se pueden realizar que fácilmente podemos cubrir varias sesiones.
Dejo aquí un ejemplo sobre ataque de jodan tsuki, grabado a principios de junio del 2011. Consiste en un irimi, protegiéndonos del ataque y a la vez marcando con un atemi, tras lo que realizamos tenkai antes de proyectar.