Los días 9, 10 y 11 de noviembre tuvo lugar en Menorca el curso anual del Maestro kitaura.
Hace más de una década que el Maestro acude anualmente a Menorca, pero este año es el primero que el curso se realiza en Ciutadella, en concreto en las instalaciones del Gimnàs Físics.
Sobre el tatami nos reunimos una veintena de practicantes, la gran mayoría de diversos dojos de Menorca, tanto de Ciutadella como de Mahón y Alaior. De Mallorca se desplazaron dos compañeros, y de Catalunya fuimos cinco representantes, dos de Aikido Mataró y tres de Aikido Rocafort.
Nuestro compañero Albert fue el único que pudo asistir a la primera clase del curso, el viernes por la tarde. Según nos explicó la afluencia de practicantes, fue algo menor que en la jornada del sábado cuando llegamos todos los que fuimos de fuera de la isla, pero esto permitió una clase reforzando conceptos básicos y donde además los niños que asistieron por primera vez a una clase del Maestro Kitaura pudieron practicar cómodamente.
Durante la jornada del sábado el Maestro explicó tanto técnicas básicas como kokyu nage, en diversos ataques, siempre haciendo hincapié en un buen ataque de uke y en la correcta recepción por parte de tori, insistiendo en el inicio del movimiento donde se produce la unión entre ambos, para realizar desde aquí correctamente el resto de la técnica.
El sábado también tuvimos la visita de las cámaras de la televisión balear IB3, que se desplazó para filmar al Maestro y hacer mención de su visita a Menorca durante los informativos de la tarde. Concretamente se emitió un pequeño reportaje de algo más de un minuto de duración, para dar a conocer el Aikido y la persona de Yasunari Kitaura, juntamente con unas pequeñas entrevistas a Toni Anglada, maestro en Ciutadella, y a mí como representante de los asistentes de Catalunya, que explicamos como pudimos algo de la filosofía del Aikido.
También hubo noticia del curso en los periódicos de la isla, aunque hubo algún error en la redacción del artículo que el Maestro ya se encargó de comentar y corregir en clase.
A parte de disfrutar con las técnicas del Maestro, también nos sentimos muy a gusto con el ambiente acogedor sobre el tatami y fuera de él, así que nos apuntamos tanto a la comida que se organizó con el Maestro, como a la cena que fue improvisada.
Tenemos ganas de volver el año próximo y si es posible no perdernos la clase del viernes por la tarde en caso de que también se haga.
