El último fin de semana de julio, y por quinto año consecutivo, el Maestro Kitaura impartió en Guadarrama el curso con el que se cierra la temporada de Aikido antes del descanso estival.
Este año también se contó con la presencia de Shu, el hijo del Maestro, quién a diferencia de años anteriores no sólo participó como practicante sino que también impartió clase.
El curso constaba de cuatro clases y el Maestro Kitaura cedió los primeros veinte minutos de cada una a Shu para que explicara una serie de técnicas, en su mayoría swari waza i hamni handachi, como es habitual en él, aunque también algunas en tachi waza. Dentro de estas formas de trabajo pudimos practicar múltiples ataques como yokomen uchi, ushiro ryote dori, gyaku hanmi katate dori, y numerosas técnicas de inmovilización y proyección lo que hizo que la intervención de Shu fuera muy variada y dinámica.
Después de Shu, el Maestro Kitaura hizo hincapié en los conceptos de unificación e integración por Hara que tan esenciales son en su trabajo; y de las técnicas elaboradas a destacar la realizadas en tanto dori. También tuvimos la suerte de que alargara cada clase unos minutos, aquellos que le había cedido a Shu, por lo que las clases tuvieron bastante más duración de la hora y media prevista.
Pero como en los cursos no todo es Aikido, los organizadores entregaban tickets para la piscina municipal, situada al lado del polideportivo y punto de encuentro obligado para tomar la cerveza, darse un buen baño o echar una buena siesta sobre el césped.
El sábado después de clase la mayoría de los asistentes al curso fuimos a la cena con el Maestro, nos reunimos en el restaurante más de ochenta personas. El Maestro nos ofreció un brindis “caminante no hay camino, se hace camino al andar… nosotros hacemos Aikido”. Así que vamos a seguir labrando nuestro camino en Aikido, no sin antes recomendaros la asistencia a este gran curso el año que viene, y agradecer a los compañeros de Guadarrama su gran simpatía y hospitalidad.
Muy interesante! Desde ya me imagino que habrá sido una jornada estupenda. Es bueno aprovechar esas oportunidades de conocer a grandes maestros del Aikido. Siempre nos dejan alguna enseñanza especial ya sea filosófica, espiritual o técnica. Muy interesante artículo!
Saludos.
Dario.